jueves, 1 de diciembre de 2011

Galopando por los sueños...


























Una tarde de invierno, el pequeño potro "Figura" de capa alazana galopaba a lo largo de la marisma al son de un buen tranco vaquero. Por accidente, metió una mano en uno de los enormes charcos de la marisma y con mucho esfuerzo y coraje sacó la mano de la arena movediza que le cubría hasta la rodilla. Cuando consiguió sacarla, la tenia completamente embarrada, pero una sola mano manchada no podía negar la belleza de "Figura". Un poco más adelante, encontró otro pero el pequeño potrillo sabía que en ese si podía meterse para lavarse. Se disponía a salir de el charco pero se dio cuenta de una cosa que no le encajaba... Se le había quedado una mano calzada. En silencio se preguntó; ¿Qué me ha pasado? Y una voz extraña le susurró, la marisma es santa y de ti ha hecho un milagro.